Entrevistado por un medio británico, el hooker argentino habló sobre su pasado, presente y su futuro con Los Pumas.
En la antesala a la Copa el Mundo de Francia, Agustín Creevy se quedó súbitamente sin club tras confirmarse la quiebra de London Irish. Al poco tiempo el ex jugador de San Luis fue convocado por Sharks, “Tengo 38 años, y mientras esperaba a Alex Sanderson (Director de Rugby de Sale), estaba nervioso, en ese momento me di cuenta de que sí, todavía estoy nervioso, tratando de impresionar, todavía disfruto jugando” afirmó el platense en la entrevista publicada por RugbyPass.
“Si no me importara nada que me contrataran, eso es todo. Pero no, fue un desafío para mí. Era un equipo que jugaba la final de la Premiership y me llamó a los 38 años, fue especial. Obviamente no vine aquí por dinero; vine para ganar cosas. No gané el Top 14 ni la Premiership. Quiero ganar algo y el equipo que me convoca estuvo en la final el año pasado”, agregó Creevy que ya tiene en su haber 108 partidos con la camiseta Argentina.
Justamente, y hablando del seleccionado nacional, el ex capitán de Los Pumas le dedicó unas palabras recordando aquel momento bisagra en su carrera, el cambio de rol y posición que le exigió Santiago Phelan, “Conviértete en hooker u olvídate de tus aspiraciones internacionales“, escuchó de boca del quien era entrenador de Los Pumas allá por el 2009 cuando el joven Agustin respondió el llamado para sumarse al PladAR, “Algo dentro de mí me dijo: ‘no, quiero hacer este desafío’. No fue así, vas a volver a jugar en Los Pumas. Necesitas regresar y jugar para tu club, San Luis, en la segunda división y tratar de ser el mejor hooker. Aprender el lineout, aprender el scrum. Alguien necesitaba enseñarme, pero en ese momento no teníamos entrenador de lanzamientos ni entrenador de scrum en nuestro club. Mi lanzamiento era aterrador. Mi mentalidad a veces era realmente débil. Dentro de mí me hice fuerte”, recordó Creevy que en aquellos días pasó a ser el 2 del equipo marista tras años de jugar como ala.
“Cuando lanzaba mal, los chicos se reían o hacían una broma. Cuando regresábamos, iba al baño y empezaba a llorar. Fue demasiada presión. Intenté ser cada vez mejor pero las cosas no iban bien. Eso me hizo convertirme en lo que soy ahora. Eso fue parte del viaje. Un año después volvía a jugar en Los Pumas. Estoy realmente orgulloso de eso“, admitió Creevy, “Después de esa experiencia, trato de ayudar a cada hooker con el que juego. Puedo ver que algunos jugadores tienen los mismos problemas. Intento enseñarles como nadie lo hizo por mí”.
Volviendo al presente, y a Los Pumas, Creevy le manifestó a Jamie Lyall, autor de la entrevista, sus planes con el seleccionado nacional tras jugar su cuarto mundial, “Quizás quiera jugar uno o dos partidos más para despedirme”.